Es fundamental dejar la cubierta en reposo absoluto a partir del inicio de la floración y hasta que la semilla esté formada creando un banco de semillas que asegurará la persistencia y equilibrio de la cubierta.
El ganado debe entrar para remover el pasto seco antes del final del verano y de las primeras lluvias de otoño, facilitando la germinación de las semillas, mejorando así la calidad de la cubierta.